Los ferrocarriles en Brasil y en México están entrando a un periodo de importante crecimiento y desarrollo, lo que genera grandes retos para los gobiernos y operadores.
Desde finales de los años 90, Brasil ha realizado fuertes inversiones en ferrocarriles a través de su programa de concesiones de vías férreas para transporte de carga. De acuerdo con ANTF (gremio de transportadores por vía férrea de Brasil) esto ha facilitado la inversión privada de 30,3 billones de reales (15,1 billones de dólares) desde 1997 y contribuido al crecimiento de la industria en un 112% en el mismo periodo. Sin embargo, otros grupos están preocupados por el riesgo que existe de que se reduzca la ventaja competitiva de las refinerías, las materias primas y los productos agrícolas de Brasil debido a los costos del transporte de carga.
El Gobierno viene trabajando en la adjudicación de 12 concesiones, el proyecto ferroviario de alta velocidad TAV ha vuelto al mercado y existen numerosas propuestas de metro y monorriel en las grandes metrópolis del país.
Estos anuncios son buenas noticias pero también hay razones para estar preocupados. Con tantas propuestas y proyectos en curso cómo puede una industria asimilarlos de manera eficiente y garantizar que contribuyan a una política macro como es el crecimiento económico? A través de inversiones discretas se genera una industria de transporte de carga y sistemas de transporte público más competitivos que son capaces de suplir las necesidades de algunas de las ciudades en crecimiento más grandes del mundo. Quedan sin embargo importantes decisiones que tomar como por ejemplo la forma y naturaleza de la estructura industrial del país y la regulación que se debe implementar pues el cambio ya está en curso.
En México, el régimen de Porfirio Díaz (1876-1910) usó el tren como un poderoso motor de crecimiento económico y los trenes de pasajeros eran vistos como símbolo de la modernidad del país. Luego de la privatización dada a finales de los 90, el transporte de carga por corredores férreos concesionados a operadores privados ha mostrado un importante crecimiento, pero el transporte de pasajeros desapareció.
Con el objetivo de promover la integración nacional, el nuevo gobierno tiene como prioridad la generación de nuevos servicios de transporte de pasajeros por tren. Ya se autorizó la financiación de tres proyectos interurbanos y otros están en fila. Esto entraría a complementar el programa en curso de construcción de by-passes en la red férrea de transporte de carga, el cual busca incrementar la capacidad del sistema y eliminar el paso de trenes de carga por el centro de las ciudades.
A pesar de estos esfuerzos, quedan todavía grandes retos. No existen estándares nacionales para el diseño de líneas férreas para transporte de pasajeros en México, por ejemplo, y se deben encontrar soluciones a los desafíos de acceso, la asignación de costos y gestión de riesgos. Las oportunidades son inmensas; tanto en el desarrollo de una nueva imagen y nuevos mercados para los trenes de pasajeros en México, como para aprovechar sinergias con las operaciones de carga e identificar soluciones que puedan beneficiar a los operadores de transporte de mercancías y a los nuevos operadores de servicios de pasajeros.
Como respuesta a desafíos similares, las lecciones aprendidas de la experiencia europea pueden ser de gran provecho para Brasil y México. Steer Davies Gleave acaba de completar un estudio de un año para la Comisión Europea sobre la implementación de su regulación sobre ferrocarriles. Las normas establecidas buscaban la creación de un libre mercado en la prestación de los servicios de trenes para mejorar su eficiencia en los 27 países miembros.
Nuestro trabajo identificó varios grados de implementación de las normas anteriormente mencionadas en los Estados miembros y la Comisión identificó beneficios hasta por €500m en los primeros 5 años de implementados los cambios propuestos en la regulación.
Sobre esta base, los tomadores de decisión de Brasil y México tienen en este momento una oportunidad dorada para construir su futura industria y optimizar el valor que generan las inversiones públicas y privadas. Algunas de las decisiones que deben tomar son:
La experiencia europea indica que un modelo exitoso depende de una visión clara de la industria y de la implementación de normas y regulaciones con base en el entendimiento de los desafíos prácticos que impone una red de ferrocarriles.
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